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Epocas de la Paz |
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Epoca del Porfiriato:
La Paz Porfiriana.
Después de medio siglo de convulsiones interna, golpes de estado e invasiones extranjeras, la ascendente burguesía exigía un gobierno fuerte, que garantizara la propiedad, impulsara el desarrollo económico y ofreciera orden y paz para la gente y los negocios.
Después de la muerte de Benito Juárez asumió la responsabilidad Sebastián lerdo de tejada, que era el presidente de la suprema corte de justicia. 4 años más tarde, en 1876, cuando él buscó que lo reeligieran, Díaz volvió a rebelarse esta vez tuvo éxito y tomo el poder,
Cuando se levanto en armas contra Juárez y contra lerdo de tejada, Porfirio Díaz sostenía el principio de la “no reelección” estaba en contra de que el presidente volviera a ser elector. Pero después el mismo se reeligió muchas veces. Su gobierno fue verdaderamente largo, de 1876 a 1911 con dos interrupciones, una de dos mese, entre 1876 y 1877. 
Durante este periodo se vio una paz basada en la fuerza militar, en el servicio y en el goce de beneficios económicos de una minoría que no permitía oposición política y que aceptaba el autoritarismo presidencial ante de una democracia común. La libertada de los fieles servidores de auto enriquecerse ocasionó más riqueza e injusticia creando sentimientos de rebeldía. Poco a poco, la opinión pública fue tomando conciencia de estos abusos y contradicciones que fueron expresados en algunos periódicos.
El pueblo mexicano estaba cansado del desorden y la guerra, y Díaz se propuso imponer la paz a cualquier costo. México no tenía dinero, ni se lo querían prestar en ningún lado, porque no había pagado sus deudas con puntualidad. Había que atraer capital extranjero, pero nadie invertía en México si no había estabilidad y paz.
Con mano dura, Porfirio Díaz trato de eliminar las diferencias de opinión sobre asuntos de política y se dedicó a mejorar el funcionamiento de gobierno. “Poca política y mucha administración” era el lema de ese tiempo. La paz no fue total, pero Díaz consiguió mantener el orden mediante el uso de la fuerza pública. Policías y soldados persiguieron lo mismo a los ladrones que todo intento de oposición. Con el orden, aumento el trabajo y se hizo posible el desarrollo económico, considerando que el país contaba con recursos y pensando que los empresarios obtendrían buenos recursos.
Sin embargo a medida que paso el tiempo fue creciendo el descontento por la miseria que vivía la mayoría de la gente porque Díaz tenía demasiado tiempo en el poder. Cada vez fue más difícil mantener el orden. En los últimos años del Porfirito se vivía en un clima de represión. La fuerza de las armas se utilizo con violencia creciente. De eso dan muestra la torpeza con que se negociaron y la dureza con que se reprimieron las huelgas de cananea (1906), en Sonora y de Rio Blanco, (1907) en Veracruz, así como la manera en que se perseguían a los periodistas que criticaban al régimen y a cualquiera que manifestara una opinión que no fuera la oficial.
LA PROSPERIDAD PORFIRIANA DURANTE LA PAZ
La paz porfiriana dependió sobre todas las cosas del acelerado desarrollo económico de México. La estabilidad lograda por el gobierno de Díaz se en un significativo estimulo para la economía y el desarrollo de país. Gracias a la paz porfiriana las inversiones extranjeras (muchas de las cuales venían desde los estados unidos e Inglaterra) van a fluir rápidamente y van a controlar ramas completas de la economía.
Las leyes que se dictaron en la década 1850-1860 con carácter desamortizador y destinadas a liberar la iniciativa individual empezaron ahora a florecer, viéndose complementadas por nuevas leyes dirigidas a captar las inversiones extranjeras y la inmigración, a colonizar tierras vírgenes y a desarrollar la agricultura, minería, petróleo y el ferrocarril. Se multiplicaron los caminos, puentes, edificios, escuelas.
México pudo, además, responder a la creciente demanda europea y norteamericana de materias primas; el oro y la plata se vieron complementadas por el cobre, el plomo y el zinc, así como por productos agrícolas, como el café, azúcar, henequen, caucho y frutas tropicales.
Se realizaron obras importantes en varios puertos, y se tendieron 20,000 kilómetros de vías férreas. Las líneas de ferrocarril se trazaron hacia los puertos mas importantes y hacia la frontera con los estados unidos de America para facilitar la circulación de productos entre distintas regiones de México, y como medio de control político y militar.
El correo y los telégrafos se extendieron por buena parte del territorio nacional. Se fundaron algunos bancos, se organizaron las finanzas del gobierno, se regularizo el cobro de impuestos, y poco a poco se fueron pagando las deudas. 
Se modernizo el comercio, se extendieron los servicios telegráficos por todo el país y los servicios públicos en la ciudad de México se mejoraron con la red de agua potable, drenaje y alumbrado público.
La creación de bancos privados de capital extranjero dio gran dinamismo a la actividad económica y con ello las ciudades fueron creciendo y formándose una clase media prospera; en la misma medida aumento la producción industrial y apareció un proletariado centrado sobre todo en la industria textil de puebla, Veracruz y el distrito federal.
La agricultura progreso espectacularmente en Yucatán, en Morelos y en la laguna, se cultivo un solo producto: henequen (una especie de agave), caña de azúcar y algodón.
México tuvo un crecimiento económico nunca antes visto. Pero como poca gente tenía dinero para invertir o podía conseguirlo prestado, el desarrollo favoreció a unos cuantos mexicanos y extranjeros. Con esto, la desigualdad entre los muy ricos, que eran muy pocos, y los muy pobres, que eran muchísimos, se fue haciendo cada vez mas profunda.
Se agudizo la tendencia a acumular terrenos en manos de unos pocos propietarios; es decir, a la formación de latifundios.
Los indígenas perdieron muchas tierras, y la mayor parte de los habitantes del campo tuvieron que ocuparse como peones en las haciendas. Allí había trabajo, pero estaban mal pagados, tenían poca libertad y se vayan obligados a gastar el poco dinero que ganaban en las tiendas, que eran de los propios patrones y que vendían todo más caro. Al endeudarse en estas tiendas, los peones tenían que seguir trabajando para el mismo patrón, aunque los tratara mal. En algunas regiones, como la península de Yucatán y valle nacional, Oaxaca, los peones eran, por el trato que se les daba, prácticamente esclavos.
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